Cuando hablamos de montar acaballo, de equitación, de hípica, es absolutamente necesario hablar de binomio. El binomio es, nada más y nada menos que la unión entre un jinete y su caballo, basada en la complicidad,en la confianza y en el respeto mutuo. Ser dos y ser uno, a 

la vez. Alcanzar esa unión que permite al caballo anticiparse al deseo de su jinete, que hace que éste sepa como va a reaccionar su caballo. Un ejercicio podría resumirse en una sola palabra a la que ya hemos hecho referencia antes: complicidad. No se trata de un ejercicio de dominación como casi todo el mundo piensa, sino que al final solo hay una conclusión posible: montar es cosa de dos, y jinete y caballo tienen el 50% de importancia cada uno en el equipo que ambos forman.

 

El jinete tiene que tener control sobre el animal en todo momento sin someterle. No debe usar la fuerza ni oponer resistencia de ninguna manera. Saber montar es conseguir que tu caballo haga aquello que le pides con el menor número de ayudas posibles y usando lo menos posible las ayudas artificiales. Cuanto más libre dejemos al caballo mejor responderá. Eso no significa que no podamos ser duros con el ejemplar en algunos momentos, pero la equitación se consigue más y mejor mediante los premios que mediante los castigos.

 

Existen muchas personas en el mundo de la equitación que basan su entrenamiento únicamente en el castigo y esto es un error. Un caballo posee la mentalidad de un niño de siete años, según algunos estudios, lo que significa que, al igual que un niño, aprende o realiza mejor sus tareas cuando se le premia aunque a veces también haya que regañarle. Es tan importante recriminar lo que está mal hecho que premiar los pequeños avances que el caballo va realizando, sobre todo cuando son potros.

 

A pesar de lo que mucha gente piensa, las manos suele ser la zona del cuerpo que menos usa el jinete, recurriendo a ella solamente para la realización de algunos ejercicios y de manera muy suave,o para marcar el rumbo del movimiento en algunos casos. Es el asiento lo que manda en la monta, es decir, el asiento y las piernas. Sentarse bien sobre el caballo es vital, acompañarle con nuestro movimiento para no 

Mar García con Racha en el fin de su prueba. (Fuente: propia).
Mar García con Racha en el fin de su prueba. (Fuente: propia).

frenar el ritmo del mismo. Asimismo, las piernas ayudan a la impulsión, animan al caballo a ir hacia delante, con un ritmo constante y enérgico, marcan el movimiento y la dirección del caballo.

 

No debemos olvidar que la doma clásica es un deporte de equipo, donde jinete y caballo poseen la misma importancia en el binomio. Por ello los logros de los jinetes jamás podrían tener sentido sin un compañero equino que les hubiese llevado hasta la cima. Las personas ajenas al mundo del caballo pueden ver extraño el momento del final de las pruebas de concurso, donde el jinete suele tumbarse sobre el cuello del caballo y darle palmaditas emocionado por los ejercicios bien hechos, pero sin embargo esto es más que común y, además, bonito. Es ahí cuando vemos la parte más sentimental y personal del binomio, la verdadera unión, el símbolo de agradecimiento, el trabajo mutuo, el premio al trabajo bien hecho.

Brazos

Los hombros deben ir erguidos y el brazo ha de formar un ángulo de noventa grados. La mano es un nexo de contacto entre la boca de nuestro ejemplar y nuestros bíceps. El brazo sostiene la mano evitando que pese sobre las riendas y reste impulsión. Los dedos deben actuar con libertad y solo el pulgar es el que sujeta la rienda. Lo ideal es conseguir una mano “ligera como una pluma” para conseguir los mejores resultados del caballo.

Espalda

La columna vertebral del jinete es esencial, teniendo en cada una de las zonas un efecto distinto en el movimiento del equino. El jinete debe erguir su columna lo máximo posible, consiguiendo así mayor flexibilidad que le permitirá seguir más fácilmente los aires del caballo. Lo mejor es que estire su cuerpo de cintura para abajo y de cintura para arriba para un mejor asiento, es decir, un óptimo acoplamiento al caballo.

Piernas

La función de las piernas es impulsar, junto con la cadera, el movimiento del caballo. Además, ayuda al jinete a mantener el equilibrio y a agarrarse en caso de posible caída. Para mantener el equilibrio, es recomendable que el talón vaya hacia abajo, ya que este gesto tan simple ayuda a mantener el equilibrio. Las piernas deben de envolver el tronco del caballo, ejerciendo la presión necesaria que exija cada ejercicio.